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Cáncer de riñón

Dr. Juan Carlos Huerta Gómez • Mar 05, 2024

El cáncer de riñón, también conocido como carcinoma renal o carcinoma de células renales, es una enfermedad en la cual las células cancerosas se desarrollan en los tejidos del riñón. Los riñones son órganos en forma de frijol ubicados a ambos lados de la columna vertebral, justo debajo de las costillas. Son responsables de filtrar la sangre para eliminar los desechos, producto del metabolismo, y producir la orina.


El cáncer de riñón generalmente comienza en los túbulos pequeños del riñón, que son parte de los nefrones, las unidades funcionales de los riñones. Con el tiempo, las células cancerosas pueden formar un tumor en el riñón. A medida que el tumor crece, puede invadir tejidos circundantes y, eventualmente, puede diseminarse a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo, vascular o del sistema linfático, en un proceso conocido como metástasis.


Existen varios tipos de cáncer de riñón, siendo el carcinoma de células claras el más común. Existen subtipos adicionales, como el carcinoma de células papilares tipo I o tipo II y el carcinoma cromófobo, entre otros. Cada subtipo puede comportarse de manera ligeramente diferente y puede requerir enfoques de tratamiento específicos.

Causas y factores de riesgo

El cáncer de riñón puede ser causado por una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. Aquí están algunas de las posibles causas y factores de riesgo asociados con el desarrollo del cáncer de riñón:


  • Factores genéticos: Las personas con antecedentes familiares de cáncer de riñón tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Algunos trastornos genéticos hereditarios, como la enfermedad de Von Hippel-Lindau, el síndrome de Birt-Hogg-Dubé y la enfermedad de células claras de la médula espinal, también pueden aumentar el riesgo.


  • Tabaquismo: Fumar cigarrillos está fuertemente asociado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de riñón. Los químicos tóxicos presentes en el tabaco pueden dañar los riñones y aumentar la probabilidad de desarrollar tumores.


  • Obesidad: Las personas con sobrepeso u obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de riñón. El exceso de grasa corporal puede causar cambios en los niveles hormonales y en la producción de ciertas sustancias químicas que pueden contribuir al desarrollo del cáncer.


  • Exposición a productos químicos: La exposición ocupacional o ambiental a ciertos productos químicos, como el cadmio, los solventes orgánicos y los herbicidas, puede aumentar el riesgo de cáncer de riñón.


  • Edad: Es más común en personas mayores de 60 años.


  • Sexo: Los hombres tienen un riesgo ligeramente mayor que las mujeres de desarrollar cáncer de riñón.



Es importante tener en cuenta que tener uno o varios de estos factores de riesgo no garantiza que una persona desarrollará cáncer de riñón, pero puede aumentar la probabilidad. Además, algunas personas desarrollan cáncer de riñón sin tener ninguno de estos factores de riesgo conocidos. Si hay preocupaciones sobre el riesgo de cáncer de riñón, es importante hablar con un médico para obtener más información y considerar las opciones de detección y prevención.

Síntomas

El cáncer de riñón puede no causar síntomas en las etapas tempranas de la enfermedad, y los síntomas pueden variar dependiendo del tamaño y la ubicación del tumor. Sin embargo, a medida que el cáncer progresa, pueden aparecer algunos signos y síntomas que podrían indicar la presencia de la enfermedad. Algunos de los síntomas comunes del cáncer de riñón incluyen:


  • Sangre en la orina (hematuria): Uno de los signos más comunes del cáncer de riñón es la presencia de sangre en la orina, que puede ser visible a simple vista o detectada mediante análisis de laboratorio.


  • Dolor en el costado o en la parte baja de la espalda: El cáncer de riñón puede causar dolor en la parte lateral o en la parte baja de la espalda, generalmente en el área donde se encuentra el riñón afectado.


  • Masa palpable en el abdomen: En algunas personas, un tumor renal puede ser lo suficientemente grande como para ser palpable como una masa o bulto en el abdomen.


  • Fatiga y debilidad: El cáncer de riñón puede causar fatiga y debilidad generalizada, que pueden ser el resultado de la enfermedad misma o de otros factores asociados, como la anemia.



Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden ser causados por diversas condiciones médicas, y la presencia de uno o varios de estos síntomas no significa necesariamente que una persona tenga cáncer de riñón. Sin embargo, si experimentas alguno de estos síntomas, especialmente si son persistentes o preocupantes, es importante consultar a un médico urólogo, de preferencia con experiencia en manejo del cáncer, para obtener una evaluación adecuada y un diagnóstico preciso.

Diagnóstico

El diagnóstico del cáncer de riñón implica una serie de pasos y pruebas para confirmar la presencia de la enfermedad. Aquí hay una descripción general de cómo se diagnostica el cáncer de riñón:


  • Evaluación de los síntomas y antecedentes médicos: El médico realizará una entrevista detallada para evaluar los síntomas que pueda tener el paciente, como dolor en el costado o en la espalda, sangre en la orina, fatiga, pérdida de peso inexplicable, entre otros. También se recopilarán antecedentes médicos, incluidos factores de riesgo como el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión arterial y el historial familiar de cáncer de riñón.


  • Examen físico: Durante el examen físico, el médico puede palpar el abdomen en busca de masas o agrandamientos anormales de los riñones.


  • Pruebas de laboratorio: Se pueden realizar análisis de sangre y orina para valorar el funcionamiento de los riñones, hígado y elementos de la sangre (glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas) que podría verse alterado en presencia de un tumor renal.


  • Pruebas de imagen: Las pruebas de imagen, como la ecografía, la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), son herramientas importantes para detectar tumores en los riñones y evaluar su tamaño y ubicación. Estas pruebas también pueden ayudar a determinar si el cáncer se ha diseminado a otros órganos.


  • Biopsia: En algunos casos, cuando no es factible extirpar mediante cirugía el tumor puede ser necesario realizar una biopsia del riñón para obtener una muestra de tejido y examinarla bajo un microscopio para confirmar la presencia de células cancerosas y poder ofrecer un tratamiento con terapia blanco si es factible de acuerdo al tipo de tumor. La biopsia generalmente se realiza utilizando una aguja que se introduce en el riñón a través de la piel bajo la guía de imágenes de ultrasonido o tomografía computarizada.



Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de cáncer de riñón, se realizan estudios de imagen complementarios para determinar la extensión del tumor y conocer la extensión de la enfermedad y si se ha diseminado a otros órganos. Esto ayuda a guiar el plan de tratamiento más adecuado para cada paciente.

Tratamiento

El tratamiento para el cáncer de riñón depende de varios factores, incluyendo el tamaño y la ubicación del tumor, la etapa del cáncer, la salud general del paciente y sus preferencias personales. Aquí hay algunas opciones de tratamiento comunes para el cáncer de riñón:



1. Cirugía.

  • Cirugía parcial (nefropreservadora): En casos donde el tumor es pequeño y está confinado a una parte del riñón, se puede realizar una cirugía para extirpar solo la parte afectada del riñón, preservando el resto del órgano.


  • Nefrectomía radical: Esta cirugía implica la extirpación completa del riñón afectado, junto con el tejido circundante y los ganglios linfáticos cercanos.


2. Terapia blanco molecular.

Los medicamentos utilizados en la terapia blanco molecular funcionan atacando específicamente las células cancerosas, al interferir con procesos específicos que promueven su crecimiento y supervivencia. Los ejemplos incluyen los inhibidores de la tirosina quinasa como sunitinib, pazopanib, y axitinib, que son comúnmente utilizados en el tratamiento del carcinoma de células renales avanzado.


3. Inmunoterapia.

La inmunoterapia es un tipo de tratamiento que ayuda al sistema inmunológico del cuerpo a combatir el cáncer. Los inhibidores de puntos de control inmunitario, como el nivolumab y el pembrolizumab, han demostrado eficacia en el tratamiento del carcinoma de células renales avanzado.


4. Quimioterapia.

 Aunque la quimioterapia no es tan efectiva para el cáncer de riñón como lo es para otros tipos de cáncer, a veces puede ser utilizada en combinación con otros tratamientos para el cáncer de riñón en etapas avanzadas o cuando otros tratamientos no han funcionado.


5. Ablación por radiofrecuencia o crioterapia.

Estos tratamientos mínimamente invasivos pueden ser opciones para pacientes que no son candidatos para la cirugía o que tienen tumores pequeños y localizados. La ablación por radiofrecuencia utiliza calor para destruir el tumor, mientras que la crioterapia utiliza frío (congelación).



Es importante discutir con el equipo médico las opciones de tratamiento disponibles y considerar los posibles beneficios y riesgos de cada enfoque para decidir el plan de tratamiento más adecuado para cada paciente.

Pronóstico

El pronóstico del cáncer de riñón depende de varios factores, incluyendo la etapa del cáncer en el momento del diagnóstico, el tipo y grado del tumor, la salud general del paciente, y la respuesta al tratamiento. En general, el cáncer de riñón tiende a tener un pronóstico relativamente favorable cuando se detecta y se trata en etapas tempranas, aunque en casos avanzados puede ser más desafiante de tratar.


Aquí hay algunos puntos clave sobre el pronóstico del cáncer de riñón:



1. Etapa del cáncer: La etapa del cáncer de riñón, que indica la extensión de la enfermedad, es uno de los factores más importantes para determinar el pronóstico. En general, cuanto más temprano se detecte el cáncer y menos se haya diseminado, mejores serán las perspectivas de tratamiento y supervivencia.


2. Tipo y grado del tumor: Algunos subtipos de cáncer de riñón pueden tener un pronóstico ligeramente diferente. Por ejemplo, el carcinoma de células claras, que es el tipo más común, tiende a tener un mejor pronóstico que otros subtipos menos comunes. El grado del tumor, que indica qué tan anormal es la apariencia de las células cancerosas bajo el microscopio, también puede influir en el pronóstico.


3. Respuesta al tratamiento: La respuesta del cáncer de riñón al tratamiento, ya sea cirugía, terapia blanco molecular, inmunoterapia o una combinación de estos, puede afectar significativamente el pronóstico. Los pacientes que responden bien al tratamiento pueden tener mejores perspectivas de supervivencia y control de la enfermedad.


4. Recurrencia: Existe el riesgo de que el cáncer de riñón regrese después del tratamiento inicial. El pronóstico en caso de recurrencia depende de varios factores, incluyendo la ubicación y la extensión de la recurrencia, así como las opciones de tratamiento disponibles.


5. Factores de riesgo adicionales: Factores como la edad del paciente, el estado general de salud, la presencia de otras condiciones médicas y el estilo de vida pueden influir en el pronóstico del cáncer de riñón.



En general, es importante recordar que cada caso de cáncer de riñón es único y que el pronóstico puede variar considerablemente de un paciente a otro. Un enfoque integral que incluya detección temprana, tratamiento multidisciplinario y seguimiento cuidadoso puede ayudar a mejorar las perspectivas de supervivencia y calidad de vida para los pacientes con cáncer de riñón.

Prevención

La prevención del cáncer de riñón implica tomar medidas para reducir los factores de riesgo conocidos y adoptar un estilo de vida saludable. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de riñón:



  • Dejar de fumar: El tabaquismo es un factor de riesgo importante para el cáncer de riñón. Dejar de fumar puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar la enfermedad.

 

  • Mantener un peso saludable: La obesidad aumenta el riesgo de cáncer de riñón. Adoptar hábitos de alimentación saludable y hacer ejercicio regularmente pueden ayudar a mantener un peso saludable y reducir el riesgo de cáncer de riñón.

 

  • Seguir una dieta saludable: Consumir una dieta rica en frutas, verduras y granos enteros, y baja en grasas saturadas y azúcares agregados, puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de riñón y promover la salud en general.


  • Mantener una buena hidratación: Beber suficiente agua y mantenerse bien hidratado puede ayudar a prevenir la formación de cálculos renales, que pueden aumentar el riesgo de cáncer de riñón.


  • Evitar la exposición a productos químicos tóxicos: La exposición ocupacional o ambiental a ciertos productos químicos, como el cadmio, los solventes orgánicos y los herbicidas, puede aumentar el riesgo de cáncer de riñón. Evitar o minimizar la exposición a estos productos químicos puede ayudar a reducir el riesgo.

 

 

Si bien no se puede prevenir el cáncer de riñón en todos los casos, seguir estas recomendaciones puede ayudar a reducir el riesgo general y promover la salud renal y general. Es importante hablar con un médico urólogo, de preferencia con experiencia en manejo del cáncer, sobre las estrategias de prevención y detección temprana adecuadas para cada individuo, especialmente si hay factores de riesgo adicionales presentes.

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